Se distingue fácilmente por la brillante línea dorada que atraviesa el medio de su dorso.
Su cabeza es más larga que ancha, con el hocico redondeado, ojos grandes, ubicados dorsalmente y lengua casi circular. El tímpano puede distinguirse y está cubierto por un delicado pliegue. Los antebrazos son delgados y las patas traseras tienen dedos largos, con su membrana interdigital bien desarrollada para nadar. Tiene una vida completamente acuática. Habita debajo de piedras o sumergida entre los musgos y algas flotantes de los manantiales termales. Está seriamente amenazada y su situación es crítica.
Su nombre científico fue tomado del único lugar del mundo donde habita, la aislada meseta del Somuncurá, en Río Negro.