Es el segundo animal más venenoso del mundo, conocido por su capacidad para inflarse y por las espinas que están presentes en muchos ejemplares.
Este pez puede inflarse en forma de bola para evadir a los depredadores, llenando su estómago elástico con enormes cantidades de agua (y, algunas veces, de aire). Algunas especies también tienen espinas en la piel.
Se alimenta de animales invertebrados y algas. Los especímenes más grandes pueden, incluso, partir cáscaras con su pico duro y comer almejas, mejillones y mariscos. Se cree que estos peces sintetizan su toxina mortal de la bacteria en los animales que comen y poseen suficiente veneno como para matar a 30 personas. Su carne es considerada un manjar y, en Japón, comerlo es un lujo muy caro y delicioso.
La mayoría se encuentra en aguas oceánicas tropicales y subtropicales. Algunas especies se consideran vulnerables debido a la contaminación, la pérdida de hábitat y la sobrepesca. La mayoría de las poblaciones se considera estable.