En el continente americano ya existían variedades de “Vitis silvestres” (no viníferas). En su segundo viaje a América, Cristóbal Colón llevó a las Antillas sarmientos de vides, pero estas plantas no prosperaron. Alrededor de 1530, los expedicionarios españoles llevaron a México pasas de uva, vástagos de viña y olivos pero tampoco tuvieron éxito. Sin embargo, a mediados del siglo XVI, prosperaron las primeras vides en Perú y, desde allí, fueron llevadas a Chile, donde encontraron su ecosistema óptimo. En 1556 llegó desde Chile a Santiago del Estero (Argentina) el clérigo Juan Domingo Cidrón (o Cedrón) ya que, en ese pueblo no había sacerdotes. Cidrón trajo a lomo de mula estacas de vid y semillas de algodón que pudieron cultivarse. El mismo mes de la fundación de Mendoza, marzo de 1561, se plantaron las primeras vides en nuestra provincia.
Asesoramiento: La vitivinicultura hace escuela, Fondo Vitivinícola Mendoza.