El elevado consumo de sodio tiene efectos negativos en el organismo, por lo que es preciso limitarlo.
En Argentina se consume más del doble de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que aconseja ingerir menos de cinco gramos al día. La ingesta elevada, ya sea a través del abuso del salero o de la sal oculta en alimentos y bebidas, favorece la hipertensión y es la primera causa de infartos y accidentes cerebrovasculares (ACV). Reducirla contribuye a disminuir el número de enfermos y, en consecuencia, la mortalidad.
Se calcula que con una reducción de tres gramos de la ingesta diaria de sal se evitarían, en nuestro país, unas 6 mil muertes anuales y podrían prevenirse unos 60 mil eventos cardiovasculares y ACV.
¿Cómo reducir su consumo?
- Cocinar sin sal, limitar el agregado en las comidas y evitar el salero en la mesa.
- Utilizar condimentos como pimienta, perejil, ají, pimentón, orégano o limón.
- Usar limón en carnes blancas ya que estimula las papilas gustativas resaltando el propio sabor a sodio de los alimentos.
- Leer las etiquetas al momento de la compra. Los fiambres, embutidos y otros alimentos procesados (como caldos, sopas y conservas) contienen elevada cantidad de sodio.