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Clonación

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Un clon es un conjunto de los descendientes de un solo organismo, que puede ser vegetal, por multiplicación asexual vegetativa, o animal, por partenogénesis.

PROCESO DE CLONACIÓN

Un clon es un conjunto de los descendientes de un solo organismo, que puede ser vegetal, por multiplicación asexual vegetativa, o animal, por partenogénesis. Los individuos de un clon son iguales entre sí, tienen la misma dotación genética y las mismas características morfológicas y fisiológicas. Por lo tanto, hablamos de clonación cuando nos referimos a la producción de clones mediante reproducción asexual.

¿Cómo se produce un clon?

En el método de la transferencia nuclear primero se obtiene un óvulo no fecundado y se le extrae el núcleo, que contiene el ADN. Del cuerpo del animal que se desea clonar se toma una célula adecuada, como una de la piel, cuyo núcleo contiene el código genético de su dueño.

A continuación se inserta esta célula, o sólo su núcleo, en el óvulo desprovisto de núcleo y se le aplica una descarga eléctrica, lo que fusiona la célula con el citoplasma del óvulo, este empieza a dividirse como si hubiera sido fecundado y, de ese modo, se inicia el desarrollo de un clon de la criatura a la que se le extrajo la célula. El embrión puede entonces implantarse en la matriz de una madre suplente, donde, en el caso poco probable de que todo vaya bien, culminará su desarrollo.

Otra opción es conservar el clon en fase embrionaria solamente hasta que puedan extraerse de su masa celular interna células madre embrionarias para su cultivo. La clonación efectuada con tal propósito recibe el nombre de clonación terapéutica. Los científicos creen que ese proceso básico debería funcionar en los seres humanos.

¿ES POSIBLE LA CLONACIÓN DE SERES HUMANOS?

En los últimos años, los científicos han logrado clonar diversos animales. En el año 2001, un laboratorio de Estados Unidos, incluso, intentó clonar un ser humano, aunque sin éxito.

En 1997 acaparó los titulares de todo el mundo una oveja llamada Dolly. Lo llamativo del hecho se debía a que era el primer mamífero clonado a partir de una célula adulta, tomada de una glándula mamaria de oveja. De este modo, Dolly pasó a ser una gemela más joven de la oveja a la que se le había extraído la célula.

El objetivo de los científicos que clonaron a Dolly era modificar animales de granja para que secretaran en la leche fármacos útiles al hombre. Después de Dolly, se han clonado a partir de células adultas decenas de animales.

Con esta misma técnica, ¿sería posible clonar seres humanos adultos? Según algunos biólogos, sí, aunque es un proceso sumamente ineficaz, pues registra una tasa de mortalidad de fetos diez veces más alta que en la reproducción natural.

¿BEBÉS DE DISEÑO?

Ante los triunfalistas informes sobre los logros obtenidos y sobre las posibilidades que encierran los años venideros, es fácil olvidar los peligros potenciales de las nuevas tecnologías.

Ya no es raro hacer un examen genético. En el método más utilizado, que se remonta a los años sesenta, el médico inserta una aguja en la matriz de la embarazada para extraer una muestra del líquido amniótico, fluido que rodea al feto. Ésta se somete luego a análisis para ver si la criatura tiene alguno de los muchos trastornos genéticos existentes, como el síndrome de Down o la espina bífida.

De esta manera, los facultativos pueden detectar muchas anomalías, si bien hoy sólo son corregibles un 15% de ellas.

Los médicos esperan que los futuros avances biotecnológicos les permitan detectar y corregir de modo más eficiente los defectos genéticos que causan diversas enfermedades al ser humano o lo predisponen a padecerlas.

Además, los científicos esperan llegar a transferir cromosomas artificiales a los embriones humanos para protegerlos de males como el Parkinson, el sida, la diabetes y los cánceres de próstata y de mama. Así, el niño nacería con un sistema inmunológico reforzado.

LOS DETECTIVES DEL ADN

El cuerpo humano se compone de 100 billones de células, la mayoría con un núcleo que alberga 46 paquetitos llamados cromosomas. Cada uno de éstos contiene el ADN. Los genes determinan cómo es nuestro cuerpo: el desarrollo en la matriz, el sexo y las características físicas y el crecimiento hasta la edad adulta.

El ADN de los animales es parecido al de los seres humanos. Por ejemplo, la constitución genética del chimpancé se distingue de la del hombre en sólo un 1%. Aún así, la diferencia es diez veces mayor que la que existe entre el ADN de un ser humano y el de otro.

No obstante, son estas diferencias infinitesimales las que hacen que cada uno de nosotros sea singular.

Desde hace casi diez años, los científicos investigan el orden preciso de las unidades químicas que componen el ADN del hombre. Conocida como Proyecto Genoma Humano, se trata de una empresa ambiciosa y de enormes proporciones que costará miles de millones de dólares. Se precisarán nuevos instrumentos para analizarla. Una cosa es identificar los genes y otra muy distinta es saber qué hacen y cómo interactúan para formar un ser humano.

Hay quienes afirman que sería una irresponsabilidad no valerse de la tecnología para eliminar los trastornos genéticos.

INQUIETUDES SOBRE EL PORVENIR

Pero otros ciudadanos manifiestan sus inquietudes. Si la diabetes, la anemia falciforme y el cáncer van a prevenirse mediante la alteración de la constitución genética de los individuos, ¿por qué no hacer lo propio con otras anomalías menos graves: la miopía, la ceguera al color, la dislexia o la obesidad?
También, ¿Qué, puede impedir a una nación racista decidir que cierto color de piel es una anomalía?

20 de mayo del 2017
Categoría: Enciclotin
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