Los perros tienen 40 veces más desarrollado el sentido del olfato que los humanos. Los cítricos les provocan irritación en las vías respiratorias, causándoles una sensación muy molesta. Los perfumes, además de ser un aroma excesivamente fuerte para ellos, actúan como sustituto de nuestro olor corporal, por lo que no nos pueden identificar de forma normal. Las bolitas de naftalina, si son ingeridas, pueden causarles daños graves, como así también el vinagre y los productos de limpieza, que los hacen sufrir, con sus olores.